Latinoamérica nos mira de vez en cuando como referente en temas turismo. España y su tradición turística, su cifras de visitantes siendo el segudo país receptor de turistas, etc..
No obstante, bajo mi modesta opinion, España no es de momento un referente a nivel mundial en materia de turismo rural.
Claro, que habría que matizar, porque a nivel local y comarcal se está trabajando mucho por mejorar las infraestructuras (accesos, señalización, calidad de la oferta, creación de nueva oferta, creación de marcas turísticas, implementación de TIC en el ámbito rural, etc).
A nivel «Creación de producto» por parte de los promotores, falta algo de imaginación, se carece en muchos casos de un mínimo de conocimientos de cómo llevar un alojamiento rural, de cómo ponerlo en marcha, de qué recursos son necesarios, o simplemente del tiempo necesario para aprenderlo todo sobre la marcha, etc.
Por parte de las entidades públicas, se carece de una integración sólida, de una regulación que permita de una vez, tener una cosa tan simple como una clasificación estandar para todo el territorio. Las ayudas son escasas en estos momentos, pero al menos en nuestra experiencia, que no ha sido poca, no nos parecen tan complicadas de obtener como escuchamos a algunos promotores.
Bueno, a lo que voy es que ayer comí en un restaurante magnífico donde de manera creo natural, sin conocer el concepto de marketing viviencial, se respiraba sensibilidad, sensitividad y amor por sus productos. Estuve disfrutando con unos amigos de una comida memorable en el «Almacén del Sur» Mendoza – Argentina.
Primero te dan un paseo por las zonas de producción, limoneros de Italia, olivos de Grecia, tomates ecológicos tostados en secaderos solares, pimientos del piquillo traídos de lodosa, todo te lo van relatando con mimo
…para luego pasar al restaurante, donde cada plato es un despertar de los sentidos….
súper emotivo, súper envolvente, luego compre algo de vino, llegamos a la cava y empezaron a sonar las palabras «largo en boca, pajizo, rubí, cuerpo, roble, extenso y untuoso (palabra que me sorprendió porque según la Real Academía de la Lengua significa graso y pegajoso)aún así, el ambiente de la cava, las explicaciones de cada botella, tipo de uva, etiqueta, zona y tierra de cultivol me cautivó, lo reconozco. Iba con una amiga que decía: «pues yo me llevaré algo de vino pero lo comrparé en el super o en el duty free», y yo le decía pero no ves que merece más la pena comprar aquí el producto, al menos sabes lo que compras y el conocimiento de un sumiller que sabe, tiene un precio que yo si estoy dispuesto a pagar. También compré alguna latilla de confitura de pétalos de rosa…
Son muy hábiles porque cuando terminas de desgustar todas aquellas maravillas te traen esta hoja y te facilitan preparte una cajita de madera con los productos que te apetezca, lo que tras un gasto importante en la comida, supone otro ingreso más para la Estancia.
Los Argentinos son muy buenos marketinianos, les apasiona la creatividad y la imagen y eso se nota en multitud de detalles.